Terra d'Ombres, el descubrimiento de la película, por Hugo Cobo
Conocí a su director Xavi Porta, a través del conductor de la Cinemoteka de RSK radio, Jordi Izquierdo, al que conocí en las colas del Festival de Sitges y con el cual he compartido muchas horas de radio y rodajes. Xavi es una persona muy introvertida y de carácter afable, hablaba poco pero cuando hablaba se le notaban conocimientos de cine.
También al grupo se unieron Manuel F. García y Marta, esposa de Jordi, Manuel siempre hablaba de una película que había protagonizado cuando aún tenía pelo y que había dirigido Xavi en los noventa. Al contrario que Xavi, Manuel siempre ha hablado mucho, su verborrea incontrolable, siempre con pasión me hablaba de que teníamos que ir un día a su casa a ver la película. Yo en ese momento no confiaba mucho en la película, pero pasaron los años, más festivales de Sitges, más cine y me decidí hacer un festival en la localidad que me había acogido, Sant Boi de Llobregat. Apareció la pandemia y todo se tuvo que frenar.
En uno de esos recesos entre oleadas de virus y mascarillas, Izquierdo me acabó convenciendo, el plan era ir a Pallejà a comer y luego ir a casa de Manuel a ver Terra d`ombres.
No las tenía todas conmigo.
Después de la comida, nos sentamos todos juntos, me habían dejado un lugar de honor en el sofá para disfrutar del film. Yo en mi interior solo pensaba en no dormirme en esa hora crítica que tienes después de comer y sesión de sofá.
Xavi estaba inquieto, había hablado menos aún de lo que solía hacer, la película empezó con un claro homenaje al cine de Sam Raimi, todo ello rodado con una Súper 8mm, que su tiempo si no me falla la memoria es de 1 minuto y medio por carrete, máximo carretes de tres minutos. A parte de que no podías revisionar lo rodado hasta el revelado.
La película fue avanzando y no entendía nada, muchas tramas, muchos personajes que no sabía que les unía. Escenas dignas de mención que se acercan mucho a la figura de David Lynch, jugando con el surrealismo y el terror. Pero en el clímax de la película se entendía todo, la trama tenía sentido, además tenía otro componente muy importante, generó un debate después y se mantenía en tu cabeza, le dabas vueltas, seguías pensando en la trama. Para luego comentar con el propio director que me había gustado.
La primera edición del Fantboi pasó y cuando estábamos preparando la segunda edición pensé en programarla, pero tal vez revisarla antes, darle una vuelta. Había algún detalle mejorable.
Era un film de 1994 rodado en Súper 8mm y desde su único pase, no se había podido ver más en sala de cine. En unas tres o cuatro sesiones edité la película junto a Xavi, le quitamos unos quince minutos de metraje, que hacían que la trama se dispersara demasiado y quitamos un personaje que si eliminábamos la escena no repercutía en nada en la narración. Le dimos más ritmo y mejoramos un producto que ya era más que notable. Para después estrenar el nuevo montaje en el Fantboi 2, siendo la película más vista en esa edición. Una sala llena que premió el trabajo de un director el cual se sintió orgulloso de su trabajo y pudo compartirlo con la mayor parte de su equipo de entonces.
Comentarios
Publicar un comentario