Terra d'Ombres, un viaje a través de los formatos
Corría el año 1990 cuando nos decidimos a iniciar una aventura cinematográfica que nos llevaría a experimentar un viaje involuntario a través de los formatos de registro audiovisual que ya existían y los que fueron apareciendo a lo largo de la gestación del proyecto.
En aquella época pocas alternativas se nos presentaban, la cosa se resumía en dos soportes: cine o video, nada más. Sopesamos las ventajas y desventajas de cada opción y la cosa estaba muy clara.
Si decidíamos "rodar" en video, (entonces se decía grabar) nos obligaba a incrementar notablemente el presupuesto al tener que asumir los costos de alquiler de cámara de formato U-matic o la más profesional: Betacam, un formato muy de televisión. Además de los costos de edición, en aquel momento auto-gestionar una sala de montaje no era nada habitual. El resultado sería "muy profesional" pero a la vez muy caro y poco cinematográfico, nuestro sueño era hacer una película no solo en su concepción sino también en sus características físicas.
Después de descartar esta opción decidimos seguir con la tradición que definió a Hyperion Films desde sus inicios juveniles, rodar en Super-8 mm, el formato cinematográfico más pequeño y económico que teníamos a mano. Este formato era popular en el cine familiar, además del llamado cine amateur con aspiraciones un poco más refinadas en cuanto a sus intenciones.
Una bobina de S-8 tiene una anchura de 8'5mm y una longitud de 15 metros de película que permiten una duración aproximada a los 3 minutos y medio a 24 fotogramas por segundo.
Gracias al revelado (incluido en el precio) se obtiene un positivo directo listo para ser revisado con una moviola (visor) o con un proyector.
Una de las principales ventajas del sistema es que se puede cortar y pegar la película manualmente posibilitando así el montaje, aunque cabe puntualizar que las transiciones siempre serán "a corte". Si se desean transiciones de fundido u otras, tendrán que realizarse en el rodaje, si la cámara lo permite.
Bobina de S-8 Kodak, Kodachrome 40, este numero indica el ISO de la emulsión cuando la película se expone en interiores, ya que está calibrada para trabajar con luz artificial. Cuando se utiliza con luz natural su sensibilidad se ve reducida a 25 ISO
La baja sensibilidad del material, obligaba a iluminar los interiores con una potencia extrema, se utilizaron 4 lamparas Photofloot con filamento de tungsteno reforzado de 500w montadas en reflectores circulares de aluminio, en la mayoría de las escenas, sobre todo al principio del rodaje. No sabíamos el resultado que obtendríamos.
En aquel momento primaba que "saliera algo", sobre una intención narrativa o estilística de la escena. Con esta premisa el control de la exposición siempre era muy ajustado a la potencia disponible, hasta el punto de tener que modificar los encuadres para poder acercar los focos al máximo y conseguir exponer el material por lo menos a un diafragma de f/2,8, máxima abertura del objetivo de la cámara.
Pepe Ruz durante el rodaje, realizando una minuciosa medición de la luz incidente.
Una vez acabado el rodaje (1990-1994), se acumularon 6.495 metros de película de súper 8 mm sobre la mesa de montaje. Gracias al sudor y la paciencia de Xavi Porta, consiguió darle coherencia mínima al material con la precariedad que supone tener que proceder a la selección y montaje de las tomas sin referencia sonora, teniendo que leer en los labios los diálogos filmados. Nunca hemos contado los cortes y empalmes que llegó a realizar ni los litros de Coca-Cola que ingirió.
El
primer montaje de Terra d'Ombres tenía una duración de 180 minutos, se
descartó la mayoría del material rodado repleto de tomas falsas,
repeticiones y múltiples defectos técnicos.
Llegados a este punto, la verdad sobrevino. Era técnicamente imposible hacer hablar a la criatura; insertar pistas magnéticas en la película para sonorizar con el propio proyector, era una práctica corriente en aquel momento, pero la gran cantidad de metraje no permitía hacerlo en esas condiciones.
Lluís Porta aportó la solución, había que transformar el material en algo más moderno y práctico, el video. Gracias a su intervención se pudo convertir el material fílmico en material magnético.
Tras la primera mutación, ya teníamos la posibilidad de visionar el material y proceder a la transcripción de los diálogos y a la redacción de un guion técnico para la sonorización bendecidos por este nuevo formato, el VHS.
Primera carátula para la edición de Terra D'Ombres en cinta VHS. Se realizó con fotocopias y fotografías tomadas durante el rodaje, recortadas y manipuladas.
Este formato no solo permitió la sonorización, sino también su estreno en el Teatro Pricipal de Badalona. Suponemos que fue la primera proyección de una película rodada en súper 8 que se realizó con un video-proyector en una sala de cine, antes de la revolución digital.
Después de este acontecimiento Terrra d'Ombres se sumió en un profundo letargo.
Pasaron los años y los formatos digitales para la difusión y disfrute del cine en casa se impusieron. Era el momento de convertir la cinta en disco DVD.
En conmemoración del décimo aniversario del estreno se editó un DVD doble, que contenía, además del film una colección de extras, fotografías del rodaje y un making-off realizado con parte del equipo técnico y actoral en 1995.
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